Así es, había una vez una familia que vivía muy unida. La llamaban la familia proteína. Vivían adentro de un huevo, que estaba en una granja donde había muchas gallinas (obviamente), además de vacas, cerdos y otros animales. ¡Ah claro! Y también estaba el granjero.
En esa familia, la familia proteína, había muchos hermanos. Había una muchacha muy bonita llamada Lisina, también estaban Glutamito y Aspartito. No eran, como pueden notar, una familia como quién dice normal. Aquí no había lo que normalmente se llaman padres, abuelos, tios… no. Aquí a todos los miembros de la familia se les decía aminoácidos. Había muchos, algunos más fuertes que otros, pero todos eran muy unidos siempre para formar a la famosísima familia proteína.
De todos los aminoácidos, Triptofanito era el líder. Y a diferencia de todos los demás era muy curioso. Había escuchado que fuera del huevo existían otros reinos. Y el que más le llamaba la atención era el reino del Cuerpo Humano, de donde el granjero era el rey. Después de hablar con toda la familia todos estuvieron de acuerdo en emprender el viaje al lejano reino del Cuerpo Humano. Y así, un buen día la casa se movió, el techo se abrió y todos se movieron… estaban entrando en una caverna… la boca del granjero. Triptofanito brincaba de alegría…
Tal vez no tiene mucho qué ver con la nota anterior, tal vez a estas alturas no debería andar recomendando esta clase de lecturas. Pero es un buen cuento de Julio Frenk, “Triptofanito”. El primero cuenta la historia de nuestro aminoácido amigo y como se va involucrando en el cuerpo del granjero, después siguen sus aventuras con la célula. ¿Lo han leído? ¿Qué les pareció? ¿Les interesa leerlo? ¿Alguien se apunta para el resumen y la traducción al inglés?
De ser así, pueden mandarme un mail.
¡Muchos saludos y buen inicio de semana!
2 comments:
interesting note. hope that someone shows interest to elaborate it more
Jeje, igual y en vez de traducirlo podríamos hacer otros, como que sería más interesante.
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